"Del hecho
folclórico a la puesta en escena: una experiencia biopedagógica
Me
he emocionado al ver a mis amigos bailar
una parrandera… cada uno a su estilo, a su manera, a su sentir espontaneo y me
satisface que gocen su cuerpo en movimiento, que se dejen impactar por las
vibraciones que las ondas sonoras provocan
en sus células nerviosas...es el eco interno de su identidad cultural generado
por su naturaleza biológica y social…
Patricia
Soto Ramos
Participando en la dinámica cultural
Pulsando
una y otra vez y muchas veces más las teclas de mi computadora voy dando forma
a esta danza de palabras, que acomodadas armónicamente bailan algunas al son de
la parrandera, otras al son del pasillo, de vez en cuando es a ritmo de vals o
de una jota, en la pantalla-papel cual teatro tecnológico donde se escriben
historias de quien ha vivido experiencias maravillosas gracias al arte, a la
investigación, a la danza de proyección folclórica, a la docencia y al simple y
complejo hecho de existir y por ende aprender.
La
vibración de estas frases toca mi emocionar y me seduce, me hacen pensar en los
procesos de enseñanza y aprendizaje de la vida, de los organismos y los
sistemas vivos. Me invita a la comprensión de dichos procesos desde la
experiencia, las motivaciones personales, la estructura biológica y la
espiritualidad del ser.
Porque
aprendemos impulsados por la curiosidad y por la convivencia, como un acto
individual pero también como un acto social. Y en esa dinámica individual y
social se van compartiendo y construyendo saberes. Algunos saberes no morirán
porque en la espontaneidad del diario vivir se van transmitiendo, otros
perderán utilidad ante los nuevos descubrimientos tecnológicos, científicos,
los intercambios culturales, como ha sucedido con las manifestaciones populares
tradicionales, las culturas populares tradicionales o folclor. Prefiero
escribir folclor con “c” porque hablo español y la Real Academia Española acepta
la palabra con “c” y con “k”.
Algunos
de tales fenómenos socio culturales los veo claramente circunscritos en un área
geográfica políticamente delimitada, otros no tanto, especialmente cuando
varios países comparten una misma región, o diferentes migrantes se instalaron en
una misma provincia. Por tal razón no es de extrañar que observemos similitudes
y diferencias en las manifestaciones culturales tradicionales de un mismo
espacio geográfico-político, como en mi tierra natal Guanacaste, o en un mismo escenario geográfico pero con
políticas diferentes como sucede con las zonas fronterizas de mi país y posiblemente
en los suyos.
Estamos
hablando entonces de diversidad cultural y es que así son nuestros países como
un arco iris de tradiciones, nos despliegan belleza, sencillez y complejidad,
todo a la vez… definitivamente un acto naturalmente espectacular. Y en ese
cielo estamos nosotros: docentes, investigadores, artistas, folcloristas y
folclorólogos, viviendo, gozando, observando, investigando y sin lugar a dudas aprendiendo
porque así es nuestra naturaleza social y biológica.
Esto ha sido tan interesante que a alguien en
algún momento del ayer, en cada una de nuestras naciones, se le ocurrió llevar
al escenario las tradiciones de la comunidad. Y desde entonces se ha seguido
haciendo, pero ¿cómo identificar una manifestación tradicional de una efímera?
Los investigadores del folclor sugieren tomar en cuenta una serie de
características:
1. Que su
paso de una generación a otra debe ser por medio de la transmisión oral.
2. Que se
aprenda mediante la práctica en la cotidianidad, es decir mediante la
experiencia. El aprendizaje no se institucionaliza.
3. Debe ser
patrimonio colectivo, de la comunidad donde se manifiesta el fenómeno.
4. Debe evidenciar
funcionalidad, es decir, tener alguna utilidad.
5. Debe ser antigua
y vigente. Se da valides a las variantes o reinvenciones.
6. Existen
versiones tanto urbanas como rurales, sin ser necesariamente una superior a la
otra.
7. Algunos
dicen que debe ser anónimo, personalmente pienso que esto no debe ser
determinante, una manifestación popular que tenga la fuerza de convocar a la
colectividad, es tradicional, aunque se sepa quién o cual familia la inició y
si es tradicional es folclórica. Sobre todo en nuestros tiempos en que la
tecnología nos permite registrar todo lo
que acontece es muy difícil mantener el anonimato. ¿Habrá que repensar las
características que identifican un hecho folclórico?
Definitivamente la investigación cumple un
papel importante en todo proceso que culmine con la representación artística de
las tradiciones de un lugar. Hay que reflexionar sobre lo que la gente va a
“aprender” de lo ve y escuche en los escenarios, igual reflexión hay que hacer con
los intérpretes de nuestros espectáculos ¿Qué es lo que aprenden nuestros
bailarines (as) de las proyecciones folclóricas que interpretan?. Como consecuencia
se debe tener claro no confundir el hecho folclórico con la muestra artística, proyección
folclórica o folclore escénico, como también le llaman algunos. Las acciones de
musicalizar, coreografiar, escribir, una leyenda, una festividad, una creencia culminan
en comunicación de ideas, sentires y saberes tradicionales pero el artista también
muestra los significados particulares, que para sí mismo, tiene la manifestación que ha plasmado en su
obra. El arte es expresión, comunica y las proyecciones folclóricas constituyen
expresiones artísticas, por lo tanto comunican.
En lo personal considero que ese acto de pasar
del hecho folclórico a la puesta en escena se convierte en una experiencia biopedagógica,
porque según Maturana y Varela, los procesos vitales y los procesos de aprendizaje constituyen un mismo proceso. Con el hecho de
estar vivos somos seres que siempre estamos aprendiendo como una respuesta
natural de la vida hacia la vida misma. Aprender es vivir y el folclor se vive
por lo tanto se aprende experimentándolo, se lleva en el alma, en la
conciencia, en la piel. No puedo separar mi ser investigador de mi ser
portador, somos uno solo.
Proyectando
el ser colectivo-individual
A los 13 años tuve la oportunidad de integrar
el Grupo de Proyección Folclórica Flor de Caña, en el cantón de Santa Cruz, en
Guanacaste. Y fue allí, con la maestra Marlen Contreras Mendoza que aprendí las
danzas representativas de de mi región,
que ella a su vez las había aprendido de otra maestra y luego aprendí a coreografiar
las tradiciones de mi pueblo: la zafra (corta de la caña), la coyolera (fiesta
donde se toma vino de coyol, el coyol es una especie de palmera), elaboración de
comidas típicas (reposterías, platos
fuertes, dulces, otros) la monta de toros, para citar algunas.
Lo interesante es que mucho de aquello que coreografiábamos
y llevábamos a escena era parte de nuestras vidas, no eran ajenas a nosotros y
las acciones que no habíamos vivenciado las investigábamos con la gente de la
comunidad, entrevistábamos a los señores y señoras, les observábamos en sus
quehaceres de interés para luego coreografiarles. ¿Hacíamos copia fiel y lo presentábamos tal
cual? Debo confesar que cada creación llevaba impreso nuestro sello creativo,
nuestro sentir como miembros de aquella comunidad. ¿Cómo representar en la
danza esta o aquella manifestación? Esto nos instaba a hacer exploraciones utilizando como punto de partida los pasos y
movimientos básicos de las danzas aprendidas y en esa exploración surgían
nuevas propuestas de pasos y movimientos (derivados) que simbolizaban ideas,
sentires, acciones… era nuestra percepción artística de una manifestación tradicional
del pueblo y nuestra forma de comunicar.
Aquello que hacíamos por supuesto que no era
folclor, era una proyección de nuestras tradiciones y de las tradiciones de
otras comunidades. Hacíamos una muestra artística de una tradición, que no se
presentaba en su forma pura, pues estaba fuera de su contexto natural, social y
cultural y nosotros éramos bailarines, jóvenes apasionados, amantes de su
cultura, que interpretaban sus
tradiciones. Aquí me uno a las palabras de Eduardo Lagos, pianista y compositor
argentino que en 1969 escribió: "Sabemos perfectamente que no estamos 'haciendo folclore', pues el
folclore ya está hecho y, a lo sumo, podemos hurgar en su esencia y en sus
raíces rítmicas para proyectarlo hacia hoy… Por eso, insisto: esto no es
folclore, es proyección folclórica...” En mi caso personal les cuento que disfrutábamos
mostrando nuestra cultura artísticamente
para diferente público y actualmente cuando lo hago los disfruto y sé que ustedes también.
Años después, me cambie de ciudad y me invitaron
a trabajar como profesora de folclor al
colegio técnico artístico de Liberia. La metodología para abordar el
tema era mediante la danza de proyección folclórica. Mi intuición me decía que había que estudiar el
tópico en forma más amplia, no solo mostrarlo mediante la danza sino mediante
otras formas de expresión artística que evidenciaran también los regionalismos, las formas tradicionales de
construir las viviendas (madera, bahareque y adobe), las creencias,
festividades y mas… Así comenzamos a
aplicar en las clases de folclor los conocimientos adquiridos en las otras
materias artísticas: danza, creación literaria, música, artes plásticas y
teatro. Porque se hace proyección desde todas las manifestaciones del arte.
Además me di a la faena de estudiar la teoría
y poco a poco fui entretejiendo los nuevos conocimientos con mi experiencia y a
su vez con mi práctica docente sin tener
conciencia, aún, que mi propia existencia constituía más bien una experiencia biopedagógica
del folclor, porque somos vida y con ello portadores y constructores de
conocimientos y en el tema que nos atañe cada uno de nosotros estamos cargados
de conocimientos y tradición, basta mirar a las costumbres que practicamos en
familia y entre las familias para darnos cuenta que somos portadores de
información, de haceres, sentires y saberes aprendidos y construidos en la
convivencia con los nuestros mediante el lenguaje, en la cotidianidad, en la
práctica, encontrándole sentido a lo que
hacemos en la colectividad y en lo individual. Pero…. No podemos negar nuestra
capacidad de construir conocimiento en la medida que a la información que obtenemos
le damos utilidad. ¿Por qué razón nos unimos en la fiesta, en la celebración,
en la mesa, en los nacimientos, en los cambios de etapas de la vida, en los velorios?.
De este modo muchos saberes tradicionales no
mueren en nosotros o en nuestras generaciones sino que se conservan y con ello
se conservan elementos de la identidad cultural, nuestra personalidad
colectiva. Y también se reconstruyen o se reinventan, poniendo así un sello
personal-generacional en las manifestaciones. ¿Una situación caótica en el
folclor? ¿Una destrucción? Solo en apariencia, pues no podemos negar que esas
etapas, críticas para muchos conservadores, son etapas naturales porque somos
parte de un todo dinámico, la cultura no es estática, lo cual permite darle un
nuevo sentido a las situaciones, manifestaciones, hechos y es entonces que la
creatividad se hace presente para darle
vigencia a aquello que viene de antaño y que aún queremos conservar, porque valoramos
su utilidad-funcionalidad y entonces le ponemos un sello personal, que lo hace
un poco diferente pero le permite mantenerse, son las reinvenciones de los
fenómenos socio-culturales. Como sucede con la carreta de mi provincia, antes
les ponían ruedas de madera cubierta en el contorno con una pieza de metal,
ahora le ponen llantas de autos, y vemos la carreta con cambios pero sigue
siento útil, sino que lo digan los boyeros-areneros de mi ciudad. Es probable
que con el tiempo desaparezca, por los cambios en la dinámica socio, económica
y cultural..
La tradición tiene una fuerza enorme cuando la
colectividad y cada uno de los practicantes tienen conciencia de su razón de
ser. Así a pesar de los cambios y avances en tecnologías, medicina, e industrias
seguimos practicando costumbres de antaño, por esa razón algunas mujeres en mi
provincia seguimos haciendo tortillas de maíz palmeadas (con maíz sancochado o con
harina de maíz procesada), seguimos preparando el achiote en nuestras casas y seguimos haciendo y tomando los remedios
caseros que nos enseñaron nuestras madres y abuelas, a pesar de la gran
industria farmacológica. Y los que estamos en esto de la proyección folclórica
seguimos mostrando muchas de estas escenas vividas en la familia o en las
familias de la gente de nuestros pueblos-ciudades.
Pero más que proyectar las costumbres de mi
tierra y de otras tierras de mi nación, el llevar los hechos folclóricos a
escena me ha permitido reconocer los procesos de aprendizaje que se viven
casualmente en ese proceso de creación y de proyección artística. No solo se
confirman y se cuentan formas de hacer o saber, sino que constituyen procesos
de reflexión sobre lo que queremos mostrar de nuestra cultura popular tradicional,
y sobre aquello que queremos denunciar porque
no queremos que se siga repitiendo, que se siga pasando de una generación a
otra. Puesto que, por más hecho folclórico que tengamos, somos seres que
reflexionamos sobre nuestro quehacer y suscitamos cambios necesarios para ser
mejores personas y construir mejores sociedades desde nuestras propias
perspectivas, valores y cosmovisión. Y esto
es natural del ser humano.
Pedagogía
folclórica
Ante estas ideas es importante indicar el papel
pedagógico que tenemos los docentes y los que hacemos proyecciones de nuestro
folclor, sobre todo cuando trabajamos con niños (as) y jóvenes, Carvalho Neto
(1980:10) aconseja que nuestro trabajo sea guiado por un criterio de selección del material
folclórico y lo podemos hacer de dos maneras: usar nuestra cultura popular tradicional
como fuente de información (ilustración o fuente de reconocimiento) y
como fuente de formación (material que conduce al desarrollo integral de
la persona), clasificándola, para ello, en material aprovechable y
material desechable.
Material
aprovechable: lo constituye todo aquel que estimula o
lleva implícito una enseñanza o que estimula el desarrollo de habilidades en
los educandos, como el conocimiento de una tradición en “X” lugar, la danza
folclórica, los refranes, los juegos que estimulan el desarrollo físico, la
fuerza, la memoria, entre otros.
Material
desechable: constituye todo aquel material que no lleva
implícita ninguna enseñanza, por ejemplo los que se refieren al sexo en forma
vulgar, burlesca, despectiva, los que ridiculizan, denigran, a los demás, los
que fomentan el machismo y otras diferencias de género, los que deterioran el
ambiente como las quemas, los que promueven el gozo ante el dolor de otras
formas de vida como los animales animal, entre otros.
La proyección folclórica
una herramienta didáctica
No puede dejar de citarse
los beneficios de las danzas de proyección folclórica para el desarrollo
integral de las personas. Sobre el tema, Carmen Salazar (1996) hace referencia
a valores individuales, físicos y socioculturales:
Ø
Dentro de los valores físicos, señala que ayuda a mantener el
control, dominio del cuerpo, la condición física y ayuda a desarrollar el
ritmo.
Ø
Respecto a los valores sociales, favorece las relaciones
interpersonales positivas, fomenta la amistad, el trabajo de equipo, la
solidaridad y consideración por los demás.
Ø
Así mismo, promueve valores culturales, pues la danza folclórica
es un medio de transmisión, de comunicación de aspectos de la cultura propia,
es un lenguaje de movimiento que muestra la identidad cultural.
Ø
Las danzas estimulan el área motora, la concentración, el
equilibrio corporal, las relaciones sociales, favorecen la desinhibición y el
gozo.
Ø
Constituyen un estímulo para el desarrollo de la personalidad:
ayuda a aprender nuevas destrezas, estimula la salud mental, pues es una
práctica recreativa sana. Fomenta el buen humor, la sensación de éxito al desarrollar
habilidades, así como la satisfacción de sentirse aceptado por un grupo y ser
parte de él, todo ello genera la sensación de estabilidad emocional y favorece
la autoestima positiva.
Ø
En tales procesos de aprendizaje se estimula la creatividad,
la responsabilidad, la disciplina, el compañerismo, la investigación, la perseverancia, así como
la auto evaluación.
En el colegio artístico Felipe
Pérez, de Guanacaste, hemos experimentado estos beneficios, y en ese proceso
nuestros estudiantes estudian el folclor de la región y del país y lo muestran
mediante la proyección folclórica, utilizando diversas manifestaciones
artísticas como el teatro, la danza, la creación literaria, ellos y ellas
desarrollan una investigación que fundamenta el guion del trabajo escénico, elaboran
dicho guión, luego lo dirigen e interpretan, además diseñan los trajes, la escenografía,
buscan la utilería necesaria y hacen todo el proceso de producción. Normalmente
trabajan con un elenco entre 15 y 25 personas. Todo el trabajo lo realizan mediante
la práctica: aprenden haciendo. El espectáculo que crean es evaluado por un
jurado constituido por especialistas en el tema. Detrás de su trabajo está el
nuestro, sus docentes, que les acompañamos en este proceso, con ellos gozamos,
nos maravillamos, aprendemos y hasta sufrimos.
Necesidad de compartir
En la dinámica de mi quehacer laboral me di
cuenta que existía la necesidad en muchos maestros y maestras de capacitarse en
el tema de la danza folclórica, por lo que diseñé una capacitación para
docentes la cual desarrollé en los años 2007 y 2008 en la Dirección Regional de
Educación de Liberia. Este proyecto fue financiado por el Ministerio de Cultura
y la empresa privada.
El proyecto se presentó por una necesidad
personal de compartir lo que sé y de seguir aprendiendo, además de apoyar el programa Vivamos la
Guanacastequidad, dicho programa consiste en contextualizar los programas
educativos de la provincia para fortalecer la identidad cultural regional. Así la danza de proyección folclórica
constituyó una herramienta didáctica para el reencuentro con el sentido de
pertenencia a la tierra que vio nacer y crecer a la mayoría de aquel grupo de
participantes. Y aquí dio inicio una retoaventura pedagógica. Una investigación
diagnostica y la teoría de la motivación orientaron un proceso que compartiré
con ustedes mediante las siguientes imágenes…
Muestra
de video del Proyecto Capacitación en Danzas Folclóricas de Guanacaste para
docentes de la Dirección Regional de Educación de Liberia, como apoyo al
Programa Vivamos la Guanacastequidad.
Reflexiones-
despedida
En este momento de mi existir y como
resultado de las reflexiones de mi propio proceso aprendiente comparto las
siguientes ideas:
- Todo
hecho folclórico que se saque de su contexto para ser mostrado a un público
dejar de ser hecho folclórico y se convierte en una proyección artística. El
hecho folclórico tiene un connotación particular de su existencia, tiene una
razón de ser que implica creencias, actitudes, convicciones… no se hace para un
público. Todo el que participa lo hace con una finalidad establecida por el
mismo hecho. Eso lo tienen que tener claro los docentes y quienes trabajamos en
esto.
- La
proyección folclórica no se escapa a los cambios que se van suscitando en los
procesos de enseñanza y aprendizaje al compartir e intercambiar información una
generación con otra. Por lo que es importante desarrollar una metodología de
investigación para sistematizar y registrar las danzas. Igual de importante es
mantener la práctica. Lo que no se practica se va olvidando.
- La
investigación folclórica cumple un papel importante en el proceso de
comunicación artística de las manifestaciones populares tradicionales,
manifestaciones folclóricas o hecho folclórico. Crear danzas de proyección
folclórica sin investigación puede generar confusión en quienes las interpretan
y en el público.
- Capacitar
a los docentes nos permite generar círculos de aprendizaje y comunicación de la
cultura popular tradicional con un mayor alcance, los y las docentes son
promotores de la cultura en todas sus dimensiones, por eso deben estar
consientes primero de su papel, el de los estudiantes y familiares como actores
de la dinámica cultural y luego de su capacidad para generar procesos culturales
que viene a enriquecer el aprendizaje en
sus educandos. Porque el conocer, si bien es cierto, es un acto personal
depende de las interrelaciones entre la persona, quien promueve el aprendizaje
y el medio.
- Es
necesario facilitar información y compartir experiencias con el cuerpo docente
de nuestras localidades para crear bancos de registros de los hechos
folclóricos de cada lugar. Todo ello genera la elaboración de material
didáctico para el estudio e identificación con la historia y cultura de la
comunidad.
- Generar encuentros de análisis y discusión en
torno al tema del hecho folclórico y las
proyecciones artísticas del mismo desde los centros educativos, de modo que los
docentes sientan que el tema no es ajeno a su quehacer y sobre todo no es ajeno
a su existir. De manera que se pueda trabajar la contextualización del curriculum
para fortalecer las identidades culturales locales en armonía con la
globalización.
- El proceso
metodológico que se desarrolló en este proyecto fue el que garantizó el éxito
del mismo. Se ha logrado despertar, fomentar y fortalecer la identidad cultural
regional y además constituye una fuente de motivación para el grupo
participante.
- Los docentes
interesados, motivados y comprometidos
con la cultura son a su vez fuente de motivación para que los niños, niñas y jóvenes
se interesen, valoren, disfruten de su cultura tradicional y respeten la
cultura de los otros.
- Los docentes
aprendieron y enseñaron lo aprendido a
sus estudiantes, vieron materializado sus sueños en relación al tema, su
vivencia les ayudo a comprender y guiar las vivencias de sus educandos con
mayor sensibilidad, consideración y sentido crítico-pedagógico.
- El proceso de aprendizaje
se desarrolló mediante la práctica atendiendo a las necesidades del grupo y de
quien les acompañó y dirigió.
Señoras y señores esto es parte de mi experiencia
biopedagógica que en esta actividad se sigue tejiendo en un proceso que acabara el día
que deje de
respirar para siempre.
Muchas
gracias